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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Un Grito Pidiendo justicia viene desde Chupaca

Con alarmante frecuencia vienen sucediéndose en nuestro país numerosos casos de linchamiento, no solo en lugares apartados sino en diversos asentamientos humanos de la capital.
Las estadísticas nos dicen que se han producido a lo largo del presente año casi dos mil episodios en que turbas enardecidas tomaron justicia por su propia mano, dejando a presuntos o reales delincuentes con graves lesiones y habiendo dado muerte a veinte de ellos sin que las autoridades pudieran impedirlo.
La palabra linchar la define el "Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua" como "Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo". En el "Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico" de J. Corominas y J.A Pascual se afirma que el verbo inglés está en uso desde 1836, pero ya en 1811 se habla de la aplicación de la "ley de Lynch". Añade que historiadores norteamericanos aseguran que se aplicó desde 1776 o 1780. El origen del vocablo no es del todo claro. El DRAE señala que se tomó del apellido de un juez de Virginia, Estados Unidos, que vivió en el siglo XVIII. Esta práctica tenía lugar en el ámbito rural, en pueblos recién formados, en esa frontera que se movía constantemente creando con extraordinaria rapidez nuevas localidades. El fenómeno se dio, sobre todo, en la conquista del Oeste. Sin embargo hay quienes sostienen que fue otro virginiano, Charles Lynch, quien dio origen a la palabra. También solía propiciar la "justicia" sin dilaciones a las que reputaba innecesarias.

Más información se tiene sobre el capitán William Lynch -que sería el tercer personaje de este apellido- que a fines del siglo XVIII, en el condado de Pittsylvania, Virginia, al producirse una ola de crímenes, reunió a sus vecinos, el 22 de setiembre de 1780, y acordaron castigar a los delincuentes, por su propia mano, de acuerdo con el delito u ofensa cometido. El capitán William Lynch se puso a la cabeza de estos "justicieros" y cuando falleció, en 1820, sus conciudadanos escribieron en su lápida: "La virtud fue su verdadera guía".
Muchas veces la masa enardecida, generalmente de muy bajo nivel cultural, decepcionada por la falta de protección que debe proporcionarle el Estado, decide actuar al margen de la ley. Esas personas no entienden por qué alguien, a todas luces culpable, necesita ser procesado con la posibilidad de ser puesto en libertad apenas en unos pocos días o meses. Surge entonces la tentación, que se convierte en realidad, de aplicar inmediato castigo con una crueldad que llega al más feroz salvajismo.

La falta de presencia del Estado, por la carencia de efectivos policiales, la desconfianza en el Poder judicial, las autoridades corruptas -no pocas veces coludidas con los delincuentes- la ausencia de valores que hace posible aflorar pasiones muy difíciles de contener, tienen como resultado estos linchamientos que en pleno siglo XXI nos retrotraen a una etapa primitiva de la historia en que, aplicando la "ley de Lynch", se cometieron atrocidades sin nombre de las cuales fueron víctimas muchas personas inocentes. Todavía en las primeras décadas del siglo XX el Ku-Klux-Klan invocaba esta perversa "ley" contra la gente de color en Estados Unidos.
No se desde mi primario punto de vista, si esta es la mejor opción de ajusticiamiento ya que en múltiples ocasiones ha quedado demostrada la ineficacia de nuestro poder judicial y nuestra policía nacional. Pero me parece eso no debería Generar mas desconfianza en nuestra desesperanzada población. Deberíamos comprobar al 100% la culpabilidad de estos presuntos delincuentes antes de tomar decisiones drásticas

Fotos Correo Huancayo

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