Se trata del disposito coreano MPMan F10, fabricado por la firma Saehan Information Systems y con una una unidad flash con 32 Mbytes de capacidad de almacenamiento, una ridiculez comparada con la capacidad de los reproductores actuales.
El reproductor vio la luz por primera vez en la feria tecnológica CeBIT de Hannover en 1998, donde los asistentes pudieron contemplar este reproductor que se conectaba al PC a través del puerto paralelo y que tenía una pequeña pantalla LCD en la que se veía poco más que la pista que se estaba reproduciendo.
Se lanzó en EE UU a un precio de 250 dólares, que fue rebajado a 200 dólares cuando se encontró con la competencia del Diamond Multimedia Rio PMP300 (que también vio la luz en 1998), muy similar al F10 pero con una pantalla mejor y más capacidad de almacenamiento.
La popularidad del Rio PMP se debió en gran parte a las primeras redes de intercambios de archivos P2P, que comenzaban a popularizarse entre los internautas.
A partir de ese momento, los reproductores fueron haciéndose un hueco cada vez mayor en el mercado, con nuevos modelos que reducían su tamaño al mismo tiempo que aumentaban su capacidad y prestaciones hasta llegar al panorama actual, en el que el iPod es el modelo más imitado
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